El ciclo anual sanantoniano no para en verano. Los mayorales y las mayoralesas 2020 continuan con los preparativos de cara a la fiesta más querida del invierno.

Los últimos dí­as, una de las tareas es visitar las calabazas sembradas: regar y mimar estas plantas para poder cosechar los grandes y amarillos frutos en unos meses (si la climatologí­a acompaña). Agradecer a las personas que colaboran habitualmente su compromiso con la fiesta.

Ayer mismo, mayoralesas, mayorales y familias participaron en la procesión del Corpus Christi y el Corazón de Jesús con los característicos altares y los angelitos tirando pétalos de rosa que dejan una fragancia conocida por las calles.

Las siguientes actividades serán la lotería de Navidad y las procesiones del ciclo litúrgico forcallano, a pesar de que tendrán que preparar muchas cosas más.

Además, el pasado fin de semana la Confraria de la Santantonà  puso punto y seguido a otro cursillo de gaita y tabal. Si todo sigue el orden habitual, tendrá continuidad en septiembre.